1. Defensa personal.
Calentamiento, patadas, defensa brazos, ataques. Enrique nos muestra la manera de defendernos utilizando objetos cotidianos: un bolígrafo, un paraguas.
Nos propone un ejercicio de “Stress test”: consiste en ser atacados y nosotros tenemos que utilizar toda la técnica aprendida.
2. Ejercicio sobre los niveles de tensión o niveles de energía tipificados por Jacques Lecoq (realizado y redactado por Arturo)
- Paso a esquematizar brevemente los siete niveles, sin introducir las transiciones entre ellos, puesto que es necesario verlos en acción. Son, sin embargo, importantes, según mi punto de vista, para precisar y notar los cambios producidos.
- Es interesante experimentar cómo la voz sale en cada uno de los niveles, contrastar las grandes diferencias.
- Otra nota que considero relevante es el hecho de que sólo los 4 últimos niveles son teatrales. Los tres primeros no tienen cabida dentro del escenario, no pueden ser utilizados porque no tienen conciencia de espacio, principalmente.
1.- Nivel de máxima relajación: Tumbados en el suelo, con el cuerpo totalmente laxo. Chequeamos que ningún músculo tenga ninguna tensión. Respiramos con tranquilidad con los ojos cerrados. Podríamos decir que estamos dormidos.
2.- Nivel de relajación o nivel “vacacional”: aquí sigue siendo muy importante el término “relajación”. Utilizamos una cantidad muy baja de energía para realizar acciones tales como andar. Debido a dicha cantidad de energía, la cadera cae sobre la cabeza del fémur a cada paso, la cabeza y los brazos no son capaces de contrarrestar el movimiento producido y basculan constantemente. El ritmo es lento y continuado. ¿Cuánto tiempo se tardaría en reaccionar a los estímulos?
3.- Nivel de economía de movimientos: la relajación desaparece. Se acciona con el mínimo esfuerzo pero con el máximo rendimiento. ¿Cuál sería el ritmo necesario para ser capaz de recorrer 100 Km. en el mínimo tiempo posible? Si se es demasiado veloz, el agotamiento impediría que se llegara a la meta y si se es demasiado lento tampoco se llegaría o no se sería suficientemente eficaz. Las acciones no malgastan energía. Por ejemplo, cuando se le da la mano a alguien, no haría falta sonreír ni estrechar la mano con fuerza y movimiento. Esto se considera innecesario, irrelevante, porque sin esas acciones, igualmente existe el saludo.
4.- Nivel de alerta: es el nivel en el que se es absolutamente consciente de todo lo que pasa alrededor. Las personas que están en el espacio, de los olores, el espacio mismo, los sonidos, el propio cuerpo. Todo es percibido, pero no juzgado. No hay historias. Es la alerta en estado puro. No se siente miedo, ni se está enfadado. Los ritmos pueden ser muy cambiantes, incluyendo la quietud, el silencio. Los planos en los que se mueve son igualmente heterogéneos. Se está en la vertical tanto como en la horizontal, pasando por todos los niveles intermedios. Este es considerado el nivel de la máscara neutra.
5.- Nivel de la acción: Todo el cuerpo está implicado en realizar una acción. Es muy importante que tengamos un verdadero deseo de realizarla. Accionamos porque queremos hacerlo. En este ejercicio la persona puede elegir la acción que quiera, la única condición es que se esté verdaderamente implicado. Por ejemplo, si se elige pintar en una libreta no ayudará a que el cuerpo entero participe de ello, por lo tanto no sería una buena opción. Dar patadas, pintar una pared enorme, remar, serrar un árbol son elecciones acertadas. Este es considerado el nivel de la commedia dell’arte.
6.- Nivel de la retención de la acción: la acción especificada anteriormente se reprime. No hay que confundir con bloqueo. Nada más lejos del objetivo. La energía externa en el nivel 5 se interioriza; se desea fervientemente accionar pero “algo lo impide”. El motivo por el cual es imposible realizar la acción varía. Puede depender de estímulos externos o internos. Pero en este ejercicio se considera oportuno no simular ninguna situación concreta. Este es considerado el nivel de la tragedia griega.
7.- Nivel de máxima contracción o máxima retención: para cada movimiento hay siempre uno opuesto de casi igual fuerza. Dos vectores contrapuestos. Si muevo un brazo hacia la derecha, me encuentro con una fuerza hacia la izquierda con prácticamente la misma energía, lo que hace muy complicado el movimiento. Esto debe hacerse desde una facilidad interior: no mostrar el esfuerzo, sino proyectar esa energía. Este es considerado el nivel del teatro Noh japonés.
3. Encuentros violentos (realizado y redactado por Guadalupe).
3.1. Abrazos sin salida: cada participante camina por el espacio, cuando desee puede abrazarse a alguien, sin pactar previamente nada, uno de los dos va a decidir salir del abrazo y el otro lo tiene que retener (sin dañar) buscando varias estrategias para impedir que el otro se libere. Una vez que se rompe la relación creada se busca otro compañero y se repiten las mismas pautas.
3.2. Sin salida: Se divide al grupo en 2 partes, una mitad (integrantes “a”) apoyan sus espaldas contra la pared, la otra mitad del grupo (integrantes “b”) se enfrentan cada uno a uno de los compañeros de la pared, apoyando las manos en ésta, y con todo su cuerpo tienen que bloquear a “a” para que no pueda salir; ”a” con el suyo buscará estrategias para liberarse de “b”. Se cambian los roles: el grupo “a” bloquea al grupo “b” que debe liberarse o escapar.
También se realizó una variación, en dos grupos de cuatro intergrantes “b”se dirigieron a dos integrantes “a”, para observar las distintas reacciones que se establecían con los que estaban en la pared sin agresor (ayudar al compañero sometido, miedo de accionar en lo que sucede a mi lado…), así como poder experimentar la diferencia de posibilidades siendo ahora mayor el numero de agresores y por ello de presión.
3.3. Se hace un círculo y un voluntario en el centro va a recibir insultos, onomatopeyas, empujones de los integrantes del círculo, el actor que esta dentro no puede escaparse, sólo debe recibir estas impresiones que los de fuera le ofrecen para poder experimentar la sensaciones de impotencia, inhibición, humillación que un agredido puede sentir frente a un grupo de agresores.
El objetivo de estos ejercicios es poder experimentar las sensaciones y mecanismos por los que pasa tanto el agredido como el agresor, a nivel psicofísico en situaciones derivadas de vínculos de opresión, agresión y violencia
4. Trabajo sobre la foto de Kevin Carter: el peligro y el riesgo. (Continuación de la sesión anterior)
Debatimos sobre la diferencia que hay entre peligro y riesgo. ¿Hay realmente alguna diferencia? Según el diccionario, son palabras sinónimas pero aún así nos aventuramos a encontrar algo que las diferencie.
Algunas propuestas:
Peligro: atmósfera que te pone en estado de alerta
El riesgo es la posibilidad de correr peligro
El peligro es algo más subjetivo
El riesgo es algo más objetivo
El peligro es una palabra que implica algo circundante
El riesgo es una palabra que implica algo tajante.
Retomamos el trabajo sobre la foto de Kevin Carter.
Se trata de explorar la relación inhibido-agresiva que propone la fotografía. ¿Qué elementos nos sirven para exponer en escena esa situación? De la misma manera que un pintor utiliza tamaños, colores, formas para generar ciertas sensaciones, nosotros deberíamos utilizar herramientas que consigan que provoquemos violencia en el espectador. Esas herramientas podrían ser, el espacio, el movimiento, la composición corporal, el tempo/ritmo, etc.
Nos planteamos entonces si además de la niña (relación inhibida) y del buitre (relación agresiva) es necesario incorporar al fotógrafo: aunque no aparezca en la fotografía, sin embargo es uno de los protagonistas de la historia.
En principio el objetivo sería que el espectador se sintiera fotógrafo.
La improvisación se plantea por parejas donde uno es el agresor y otro el agredido, en principio sin definir personajes, de nuevo se trata de representar la atmósfera que circunda la escena.
Todas las parejas trabajan a la vez distribuidas por el espacio. Mientras la directora proporciona directrices que describen la atmosfera, olor metálico, sabor acre, suelo inestable.
La pareja de Italo y Ana trabaja desde la distancia, Italo queda mirando inmóvil mientras Ana se arrastra por el espacio
La pareja de Arturo y Rebeca trabaja en un cuerpo a cuerpo, acción-reacción, donde él ataca y ella se defiende o no.
La pareja de Germán y María trabaja con el acecho, Germán rodea el espacio sin perder de vista a su presa.
La pareja de Miquel y Guadalupe trabajan sin relacionarse, desarrollan su rol sin ayuda del otro, Guadalupe se dirige hacia el público pidiendo ayuda pero ignora la presencia del agresor.
La directora retira a todos los agresores y deja en el escenario solo a los agredidos para que podamos estudiar su reacción en el momento que desaparece el peligro, luego retira a todas los agredidos y deja sólo a los agresores.
Se para el ejercicio y se analiza, vemos que lo más interesante es quizás el ejercicio que proponen Arturo y Rebeca: se trata más de acudir a la acción-reacción, a la relación, que es lo que proporciona la información al espectador de “peligro/riesgo”. Vemos que cuando las víctimas quedaron a solas no se relajaron, no acusaron la sensación de “no peligro”. Y vemos que cuando los agresores quedaron solos no en todos los casos parecían elementos peligrosos, en algunos casos la presencia de la víctima conformaba el carácter peligroso del agresor.
Repetimos el ejercicio y se propone huir de cualquier intento de acercarse a un personaje de la fotografía
En la repetición del ejercicio, la directora propone un cambio brusco de roles, de pronto la improvisación cobra mucha intensidad, se proponen estos cambios de roles:
-Quien era agresor pasa a ser víctima
-Quien era víctima pasa a ser agresor
-Los dos son víctimas
-Los dos son agresores
En este punto se propone que desde la mirada y sin previo aviso de quién es quién, uno someta al otro, el que sienta que ha perdido, que ha sido vencido, debe sentarse en el suelo.
Entonces surge la duda desde los que están mirando el ejercicio: ¿Quién es el personaje que ha vencido, el personaje agresor? ¿Es el buitre o es el fotógrafo?
Se prueba la posibilidad de que el agresor sea el fotógrafo y en cada pareja del ejercicio se incorpora un tercero que sin previo aviso a los actores desarrolla el rol del buitre.
Finalizado el ejercicio vemos que la escena se ha convertido en la historia de dos depredadores en busca de su presa, a veces esos dos depredadores se alían, en otros casos se enfrentan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
MIL GRACIAS. COMPARTO TU TRABAJO. GRACIAS
ResponderEliminar